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miércoles, 20 de abril de 2011

Periodistas y políticos ante las elecciones

Campaña electoral (periodistasvalencianos.es)

Hombres previsibles (publicada hoy en 20 minutos)

Escuchaba, en una sesión, los comentarios de un especialista en el diseño de establecimientos. Comentaba los trucos sutiles para facilitar la compra. Por ejemplo, explicaba que el cliente masculino ha de encontrar siempre cada repertorio de ropa en el mismo sitio de su local habitual. Sin variar un ápice.

El experto recalcaba que cuando un varón acude a comprarse unos pantalones seguramente lo hace por necesidad, y posiblemente porque la prenda precedente ya se le ha roto. Por supuesto, buscará el mismo modelo para limitarse a sustituir uno por otro.

Me sentí definido a la perfección. Más si cabe cuando resaltó que “los hombres odian comprar. Por tanto, hemos de clasificar todo de la manera más simple y espartana posible”. ¿Tan previsibles somos? Quizás hablaría más de perezosos para algunas tareas y esforzados para otras.

Somos reiterativos para comprar ropa (tenerclase.com)
 


Pincha aquí para leer el artículo en la edición impresa de 20 minutos en la Comunidad Valenciana. Busca la página 4 del diario de hoy

jueves, 14 de abril de 2011

Con el mapa en la mano (publicado por 20 minutos el 13-04-2011)

Perdemos el rumbo. Revisamos a conciencia un mapa y no acabamos de orientarnos en una ciudad extranjera de un país con el que no compartimos idioma. De pronto, se nos acerca un vecino del lugar y, esbozando una sonrisa, nos pregunta si puede ayudarnos. Incluso hace el esfuerzo de cambiar su lengua nativa por el inglés universal o puede que por nuestro español.


¡Qué gente tan amable! Pensamos y comentamos al regresar. Incluso destacamos esa faceta en las recomendaciones que dirigimos a quien nos pregunta. Pues hagamos lo mismo pero a la inversa en nuestra urbe. Si vemos algún foráneo dando vueltas a un plano sin acabar de aclararse acudamos en su ayuda. Si nos falla el entendimiento con palabras optemos por los gestos elocuentes y amables.

Todos debemos y podemos contribuir a fomentar el turismo. Una breve acción consigue, a veces, dejar un recuerdo indeleble en el visitante. Al fin y al cabo cuantos más turistas pisen nuestras respectivas localidades más nos enriqueceremos humana y económicamente. Por este orden.


Para ver el PDF de la columna de opinión publicada en la edición valenciana del diario gratuito 20 minutos pincha aquí

domingo, 10 de abril de 2011

Lo que se puede y no hacer al empezar a correr

La primavera hace que resurjan la vida y la ilusión por recuperar la forma perdida o, quizás, nunca conseguida.

Muy loable el deseo pero para lograrlo no basta con ponerse el chándal o el pantalón corto y lanzarse, de un día para otro, a correr como un poseso. Aquí van algunos consejos (basados en mi experiencia personal, claro, y en el legado que he recibido de otros sufridores/hedonistas de las carreras populares)

Sugerencias de cómo sufrir un vahído que nos quite las ganas de recuperar la forma

- Ponerse prendas de algodón que nos frenan.
-Cargar con una mochilita al correr en plan penitencia.
-No hidratarse creyendo que así perdemos más kilos.
-Pensar que, sin practicar en meses o años, podemos correr una hora sin parar.
-Calzar unas zapatillas de jugar un partidete de fútbol que teníamos guardadas en un armario.
-Colocarse la ropa y salir a la calle embalado, sin el más nimio estiramiento.

Modestos consejos para no quedarse en el intento

-No perderse en prejuicios de edades o sobrepesos. Cualquiera puede llegar a ser corredor popular por muy mayor o gordito que esté. Todo consiste en ponerse y no rendirse.
-Empezar compaginando paseo y carrera. Andamos cinco minutos y corremos uno; después cuatro y dos, luego tres y tres, y así, restando, durante un par de semanas hasta que ya podamos hacer entre 20 y 30 minutos de carrera continua.
-No cortarse en ponerse prendas de tirantes y pantalones cortos que dejen mover los muslos. No vale el pantalón de jugar a baloncesto.
-Beber bastante agua media hora antes de salir y después de la ducha, al regresar.
-Tener claro que, si empezamos ahora, para el verano habremos perdido sólo un poco de esa tripita que nos sobra. El próximo año mejor comenzar antes y añadir alguna tabla de abdominales.
-Fijarse retos. Por ejemplo, estar en forma para la próxima volta a peu de tu ciudad.
-Sobre todo, ser perseverante. Por muy reventados que acabemos un día, descansaremos al siguiente pero al tercero volveremos a la carga. Para alcanzar cualquier meta (perder kilos, por ejemplo) hay que luchar mucho, sobre todo contra esa cabecita que nos dice lo cómodos que estaríamos en el sofá.

Espero haber sido de utilidad para algún aspirante a corredor. Mucho ánimo que el esfuerzo vale la pena

viernes, 8 de abril de 2011

Las Provincias habla de la APPV

Las Provincias publica hoy (08-04-2011) una información sobre la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos (APPV). Incluye la web en la que inscribirse. Se queda corta en la cifra de asociados, ya que en la actualidad casi somos 60, y alude directamente a la Unió, una entidad a la que en anteriores ocasiones desde el diario han lanzado algunas criticas. Sobre el tema de la Unió la APPV no se ha pronunciado. Como entidad profesional queremos estrechar lazos con todas las asociaciones del sector, mucho más veteranas y experimentadas que nosotros. Por supuesto, agradecemos la difusión a a Las Provincias.

miércoles, 6 de abril de 2011

Amigo o familiar (columna publicada hoy en 20 minutos)

“Han reducido plantilla”, comenta. Hacía tiempo que no nos cruzábamos. Le pregunto por su trabajo. “Difícil”, responde. Subraya los despidos pero aporta una sutil justificación: “había entrado demasiada gente por ser amigo o familiar, sin más méritos”. Escucho su análisis de este sistema de contratación bastante usual.


“Pero continuo trabajando”, añade. “Mi tía y mi primo también siguen”, remata. Le miro mientras reflexiono. Quizás, me permito deducir, en su contratación pudo influir ese plus que implica ´ser amigo o familiar de´. Nos despedimos.

No dejan de sorprenderme las escasas ocasiones en las que alguien, a pesar de la obviedad de su caso, reconoce que ha entrado a dedo en un sitio. Sin más requisitos. Igualmente, qué raro es escuchar a una persona admitir que ha superado una oposición con ayuda ajena o suerte. Tendemos a engrandecer los méritos propios y a denostar los ajenos. Carácter humano.

Para leerla directamente del ejemplar pincha aquí y busca la página 2 del PDF