
Con atinado criterio pedagógico, el responsable del despacho Abogado Amigo recurrió al símil de la paella en su exposición, que se prolongó durante una hora. Luego llegaron las preguntas. Explicó que, hasta la aparición de internet, el protagonista de una información tenía su día de gloria, o de desdoro -si había cometido un delito-, cuando se publicaba la noticia en un diario. Después, ya caía en el olvido. Con internet se ha perdido esa opción. "El dato personal queda ahora siempre expuesto", señaló López Pelaz, que abogó por suprimir esos datos de una información una vez haya cumplido el afectado su castigo legal. "La protección de datos y la libertad de prensa pueden conjugarse. La noticia no puede ser una condena", sentenció.