El revoltijo social y político en el que andamos sumidos afecta a numerosas escalas y de distintos modos. Para algunos supone un estímulo a la creatividad, para otros constituye un motivo de tensión. Entre los primeros se encuentran ciertos aficionados empedernidos a la cosa pública que no desisten en su tentativa de forjar un partido emergente. Y no me refiero a afiliados a segundos espadas como UPyD, Compromís o EU, sino a simpatizantes de terceros cuyo cordón umbilical permanece sujeto al ámbito valencianista conservador.
Las últimas semanas están contemplando el alumbramiento de dos conjunciones de fuerzas. La primera ha adquirido el nombre de Convención Valencianista 2012. Surge desde las entrañas de Accio Regne de Valencia –la ex concejal Lola García Broch y sus adláteres- y de sus allegados de la Plataforma de Juventudes Valencianistas, con ribetes nacionalistas. Ha buscado, sin demasiado éxito hasta la fecha, la bendición de la secular institución cultural Lo Rat Penat. Pretende, como su nombre indica, reunir al valencianismo en una gran convención que apruebe una proclama identitaria.
La segunda tentativa, denominada Plataforma per l´ Unitat del Valencianisme Polític, ha nacido en una red social tan progenitora como facebook abanderada por algunos de los que se negaron a la retirada –pese a su inanición- política de Coalición Valenciana. Andan redactando estatutos y con el objetivo sempiterno y casi sisífico de aglutinar fuerzas.
La complicada coyuntura ha alterado también, como he aludido en el primer párrafo, los nervios de algunos ediles. Todavía queda en la retina de asistentes al reciente congreso nacional del PP el enfrentamiento entre el alcalde de Castelló de Rugat, José Miguel Barranca, y el ex primer edil de La Pobla del Duc y presidente comarcal, Natalio Navarro.
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| ABC CV 23-02-2012 |
Este último forma parte de una singular coalición con el ladino Filiberto Tortosa, presidente de la Mancomunitat de la Vall d´Albaida. Ambos, bendecidos por el diputado Máximo Caturla, tratan de amortiguar el ascenso de neolíderes en una zona en la que el PP patinó hasta caer de bruces en las últimas elecciones municipales. El futuro reparto de fuerzas anda en juego, así como la candidatura popular a la alcaldía de Ontinyent que, a falta de más de tres años para los comicios, tiene varios postores.
Por cierto –y dentro de una afición augúrica por subrayar la labor de políticos al alza- una mención a Soledad Ramón, alcaldesa de Catarroja y sustituta de Carmen Jávega al frente de la Mancomunitat de l´ Horta Sud. Se está ganando el respeto de sus convecinos a base de anteponer los intereses locales frente a los externos, ante aquellos a los que otros homólogos suyos ceden con más facilidad.
