
Los conductores, desesperados, pueden tardar entre 10 y 25 minutos más en llegar a su destino, depende de su lugar de origen. Eso sí, para suerte de Sarrià, el sentimiento general de indignación y las culpas las achacan al ínclito Giuseppe Grezzi, edil de Compromís responsable del área de Movilidad y uno de los personajes más populares (o impopulares, según la perspectiva de cada cual) de Valencia. En este caso, realmente la responsabilidad es compartida.
En una entrevista el pasado jueves en CV Radio realizada por José Forés, el citado Sarrià se limitaba a aconsejar “vías alternativas” a los conductores y trasladar que el malestar responde a la ruptura de las rutinas”. Con esa misma precariedad de argumentos, respondía que los aparcamientos disuasorios “se implementarán a largo plazo”. Y, como suele suceder en los casos en que faltan justificaciones contundentes, se refería a “un problema dejado por el anterior gobierno”.