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miércoles, 11 de octubre de 2017

Docentes, Cataluña y lecciones (Es Diario)

El Día Mundial del Docente destaca, entre sus objetivos, resaltar la función de los profesionales de este ámbito en el desarrollo de los ciudadanos del futuro. También la Unesco, organismo promotor de ese reconocimiento, plantea en esta fecha la necesidad de debatir constantemente qué medidas pueden aplicarse para una educación inclusiva y de calidad para la totalidad de la población.
Esta celebración o jornada de buenos propósitos tuvo lugar el pasado jueves día 5, justo en la misma semana en que, el lunes 2, en un colegio de Cataluña, más en concreto de la localidad de Sant Andreu de la Barca, un docente se dirigió al vástago de un Guardia Civil para, delante de sus compañeros, asestarle la frase “estarás contento con lo que hizo tu padre”. En ese mismo centro, en un aula distinta, otro profesional de la docencia expresó a sus alumnos su malestar por “la ignorancia de la Guardia Civil”, que “solamente sabe dar palos”. También ante alumnado entre el que había retoños adolescentes de agentes de ese cuerpo. 


¿Educación inclusiva? ¿Desarrollo de los ciudadanos del futuro? Nuestra sociedad está más que advertida de la necesidad de combatir el acoso escolar, rebautizado con el anglicismo ´bullying´. Una de sus manifestaciones más características consiste en las burlas o el aislamiento sistemático al que el agresor pretende someter a su víctima. En buscar un hecho diferencial para utilizarlo como ariete para minar la moral y desgastar socialmente a la persona atacada.
Habitualmente este tipo de acoso se produce entre los propios escolares, aunque también puede implicar, en ocasiones, a algún docente como receptor o, como en el caso de Sant Andreu de la Barca, como agresor. En este caso el  profesional hace valer su condición de autoridad en el aula para arremeter contra el alumno, en plena niñez o adolescencia, en efervescencia de desarrollo y en una situación de vulnerabilidad.
Señalar a alguien en un grupo por parte de quien tiene la autoridad para culparle de algún mal colectivo pone en un aprieto a quien lo sufre. Y si hablamos de adolescentes a quienes se dirige su docente con palabras como “estarás contento con lo que hizo tu padre” delante de sus compañeros, la agresión es terrible. Tanto como la situación de indefensión que padece la persona agredida. No tiene justificación alguna y la herida puede tardar años en cicatrizar. Si es que finalmente lo consigue.
La Unesco ha seleccionado este año como lema ´Enseñar con autonomía, empoderar a los docentes´. Dudo que esa elección se refiera a  permitir que lancen prejuicios, juicios de valor o incluso su propia frustración sobre su alumnado. No. Más bien creo que la Unesco pretende recalcar que el personal docente tiene vocación de formarse, que trata de contagiar su entusiasmo por la cultura, que busca ampliar sus miras para crear material didáctico y pedagógico de la máxima utilidad. Al docente que, en definitiva, persigue una educación inclusiva y de calidad, como establece la citada Unesco.

Los alumnos del Instituto El Palau han sacado los colores a esos docentes que marcan a sus alumnos con una concentración de respaldo a sus compañeros. Les han dado una lección de civismo, de desarrollo de los ciudadanos. En este caso, han impartido docencia. Han dado ejemplo de inclusión. A la espera de que la dirección del centro renuncie a su silencio cómplice o de que esos docentes –excepciones a la regla de vocación y ecuanimidad que marca la senda de la inmensa mayoría de los profesionales de este sector- aprendan esa lección.

Artículo de opinión que me publica www.esdiario.com/comunidadvalenciana. 

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