La diferencia parece que se está difuminando. Informar
consiste en aportar novedades, en crear y difundir información. En cambio,
volcar no implica ese proceso generativo, se limita a reproducir la obra
originaria intelectual de otros, a divulgarla. Por desgracia, en demasiadas
ocasiones sin citar su fuente.
Cada vez aparecen más webs que se ciñen y especializan en
ese proceso de rebote. En acoger un artículo en su espacio, cambiarle el
titular en el mejor de los casos (a veces ni eso) para adecuarlo a sus palabras
clave y moverlo con sus herramientas para obtener un elevado número de visitas
que les permita, a la vez, atraer anunciantes y hacer rentable su producto.
Limitan al mínimo el aspecto más complejo de toda información: la elaboración
periodística propia. No confeccionan, simplemente difunden.
Formatos
Ese proceso se observa en formato escrito y también en visual.
Los canales generados en Youtube aspiran –y para muchos seguidores lo logran- a
sustituir a los convencionales. Y lo hacen con técnicas simples aunque
ingeniosas, algunas como recurrir a consejos prácticos sobre qué ropa vestir
para lucir con más elegancia o cómo maquillarse, todo con un toque personal de
gesticulación y gracejo de quien se pone ante la cámara. No obstante, en otras
muchas ocasiones su única aportación consiste en su rostro o en el escenario
creado para narrar un refrito de informaciones extraídas de otros medios y
elaboradas por periodistas. Por desgracia, también abundan en este espectro quienes
no citan la fuente.
Hasta tal punto llega la situación que un supuesto gurú del
citado Youtube llegó a aconsejar al público, en una reciente charla celebrada
en Valencia, que no leyera periódicos ni viera telediarios, que, según afirmó
literalmente, “todo se puede encontrar en Youtube”. Sí, todo, pero muchas veces
reproducido de esos telediarios o de esas noticias de periódico.
Medios 'matrices'
No estoy en contra de la labor de estos neófitos medios. En
la práctica contribuyen a difundir las noticias. No obstante, sí que me
gustaría recordarles que sin los convencionales o sin otros más
profesionalizados que ejercen de involuntarias ´matrices´ ellos no existirían
ni tendrían sus miles o decenas de miles de visitas. Que la materia prima de todo el proceso la
constituye la información con mayúsculas, el contenido trabajado y habitualmente
generado por un periodista.
De esos cimientos claros, de esa labor insustituible, se
nutre el resto. Únicamente les pido que no lo olviden, que lo tengan en cuenta
cuando ´fusilan´ una información o la mueven por redes sociales en algunos
casos sin tener el más mínimo reparo en no citar la fuente. Les insisto en que
piensen que si abusan de esa práctica puede llegar un día en que la gallina de
los huevos de oro muera por inanición. Que ese medio del que tanto flujo
informativo absorben ahora cierre por falta de rentabilidad. ¿Qué harán
entonces?