El Colegio Mayor La Coma, motor vital de la barriada de
Paterna conocida por ese nombre, agoniza. La Generalitat, con su retirada de
financiación, está sepultando el trabajo de casi dos décadas. La singularidad
del centro consiste en que beca a universitarios de diferentes continentes que,
a cambio, realizan una labor social que va desde impartir clases de pintura a
adultos a actividades extraescolares para niños.
20 minutos CV. Pág. 2 (04-07-2012) |
Todo finalizará este curso salvo que algún millonario
caritativo lo remedie o que el gobierne autonómico rectifique, recorte en
bolsillo propio y prime la atención social en esta depauperada zona. La
promoción de los Zoulikha Benkaakaa, Sara Hatami o Pompeya Gareca tiene visos
de ser la última.
Sin el medio centenar de alumnos becados que, en la
práctica, ejerce de asistentes y dinamizadores sociales, La Coma puede
retroceder en el tiempo y volver a esa especie de barrio sin ley que le granjeó
tétrica fama en los noventa. A convertirse en otro polvorín. Y ya son muchos.