Jubilado y acérrimo de su partido. Tanto que está dispuesto a dedicarle
gran parte de la energía y del tiempo libre de que dispone. Así podríamos
resumir el perfil del militante de base que consigue que las sedes locales
mantengan un horario estable de apertura, que introducen miles de papeletas en
sobres, que venden lotería o que realizan incontables tareas en la sombra para
que el candidato de su partido gane. Sin ellos no lo lograría.