La madera constituye la materia prima principal de sus recreaciones. Fuertes del salvaje oeste, ambulancias, muñecas… “Todo aquello que se te ocurra dímelo y trato de confeccionarlo”, explica este locuaz septuagenario. Los ofrece a cambio de donativos. Compagina esa labor con la rehabilitación de aquellos muebles que le traen.Eso sí, abre cuando quiere, cuando se siente con las suficientes ganas y fuerzas, porque ilusión le sobra, más bien parece desbordarle. Obligado a jubilarse, el señor Pepe ha sabido encontrar el camino para encauzar su energía y, a la vez, sonsacar una sonrisa a los más pequeños y un torrente de recuerdos a los mayores.
Pincha este enlace para leer el ejemplar
completo del diario 20 minutos (17-09-2014)
