20 minutos CV. Pág. 2 (22-10-2014) |
Los mercados municipales proporcionan alegría y dinamismo a
su barriada. El trasiego matutino de alimentos, la disposición de los puestos,
las conversaciones entre compradores y vendedores, el desparrame de olores y, en general, el cálido ambiente de
compraventa, los convierte en lugares atractivos para recorrer.
Valencia puede presumir de un faraónico mercado central que
abarca más de 8.000 metros cuadrados, ubicado en pleno corazón monumental de la
ciudad. La misma vitalidad que transmite también se percibe, por ejemplo, en
los recintos de El Cabanyal o Ruzafa. Otros más reducidos, como los de Rojas
Clemente (muy recomendable su bar), Castilla o Mosén Sorell, aportan el valor
de una compra sosegada.
Un mercado municipal constituye mucho más que un mero lugar
de transacciones comerciales. Forma parte de la esencia de una localidad y
permite apreciar sus costumbres, productos característicos y, principalmente,
la forma de ser y vivir de sus pobladores.
Columna de opinión publicada hoy en 20 minutos.
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