“En los momentos de crisis solo la
imaginación es más importante que el conocimiento”. La frase, atribuida al
fruto de la incuestionable lógica del científico Albert Einstein, constituye
todo un axioma para infinidad de dirigentes sociales o cargos locales. Tratan,
sin recursos, de estrujar su ingenio, de muñir ideas que, por supuesto, apenas impliquen
desembolso.
El municipio de Aldaia anda detrás de
impulsar su producto más idiosincrásico: el abanico. La fórmula consiste en pergeñar
un museo local que exhiba todas sus características y variedades. Durante la
próxima primavera quieren abrirlo a sus conciudadanos y empezar a lograr que
sirva de reclamo turístico para una población con escasos atractivos
monumentales.