El semanario Magisterio, un referente en la
información sobre educación en el conjunto de España, destaca, en su última
portada, un dato espeluznante: del millón de jóvenes españoles desempleados,
456.926 no tienen el título de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria). Este
dato sobrecoge por su contundencia.
La mitad de los parados no ha adquirido esa formación,
considerada básica y mínima en un entorno y en un mercado laboral que exige la
máxima cualificación de cualquier ciudadano. ¿Y qué hacer sin poder acreditar
ni tan siquiera ese título? Complejo panorama. Además de tareas manuales que no
exijan demasiada cualificación, poco más queda en la desoladora coyuntura
actual.