Dieta estricta y últimos trotes. Los miles de corredores que participan este domingo en el maratón de Valencia apuran sus días previos. En la mayoría de los casos lo hacen tras haber desarrollado un intenso programa de entrenamientos el último semestre. Recorrer más de 42 kilómetros en escasas horas requiere de una meticulosa planificación y preparación.
Las inundaciones en Nueva York han alterado su mítica prueba y, de rebote, ampliado la inscripción en la valenciana como alternativa. El destino y el prestigio alcanzado en los últimos años van a lograr que la cifra de corredores apuntados ronde los 10.000.
El objetivo consiste en alcanzar la gloria interior. Pocas vivencias deportivas resultan tan plenas para un corredor aficionado como terminar un maratón o hacerlo por debajo de su tiempo previsto. Cruzar la meta supone una experiencia fascinante. Por mucho sacrificio que comporte. Quien no me crea que lo pruebe.
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