El estomatólogo torrentino Vicente Soria ha cumplido el
sueño de todo artista: esculpir su Galatea. Ha emulado al legendario Pigmalión,
rey de Chipre, que, hastiado de las imperfecciones que atribuía a las mujeres
de su época, decidió gestar una creación femenina propia. Así obtuvo una
estatua de marfil tan bella y perfecta que se enamoró de ella perdidamente.
Llegó hasta el punto de implorar a la diosa Venus que le diera vida. Incrédulo,
no comprendió que la deidad había accedido a su deseo hasta que besó a Galatea
y comprobó la calidez de sus labios. Soria no necesita tanto, le basta con
escucharla para refrendar el acierto de su creación: María José Català.
Buena oradora
Su oratoria y su capacidad de encandilar a un auditorio, o a
un simple vecino que le plantea críticas feroces, constituyen dos de los rasgos
más relevantes de la ex alcaldesa de Torrent. Soria, su progenitor político, la
baqueteó como asesora en la vida pública para luego darle la alternativa como
candidata a primer edil. A partir de ahí su figura ha ido brillando con luz
propia. Ha dado el salto a consellera tras ejercer incluso, aunque brevemente,
de diputada nacional. Algunos ´Tiresias´ modernos ya auguran que llegará a
presidenta de la Generalitat. “No olvides lo que te digo”, apuntan cual
profetas para que resuene en la mente de quienes les escuchan.
ABC Comunidad Valenciana Pág. 60 27-01-2012 |
La determinación con la que adopta sus decisiones también
asombra a ciertos colaboradores. Por ejemplo, el hecho de encumbrar a otra ex
asesora del PP en Torrent, Amparo Folgado, al puesto de alcaldesa –siempre con
el beneplácito de Vicente Soria-, sorprendió a alguno que, situado por encima
de la ya primera munícipe en la candidatura local, esperaba recibir tal encomienda.
No obstante, el veredicto de Català fue acatado sin rechistar.
Simpática
El mérito de Folgado consiste en no haber generado
antipatías ni en su larga etapa de asesora popular –primero con Benito Nemesio
y después con Vicente Soria- ni en su corta como concejal, poco más de cuatro
años. Se trata de una persona de las catalogadas como de consenso y, sobre
todo, de confianza de María José Català. La consellera de Educación, Formación
y Empleo, con treinta años justitos, se ha convertido en un referente que, redimiendo
cualquier atisbo de distanciamiento o nepotismo, puede mantener su ascenso
estelar en el firmamento de la política.
Esta columna ha sido publicada en el diario ABC