Petardos, euforia colectiva, abrazos. De este modo
recibieron los vecinos de Vinalesa la llegada del primer autobús de la Empresa
Municipal de Transporte (EMT) de Valencia –no lo olvidemos- hace ya dos décadas.
Rafael Pardo, recién elegido alcalde por aquel entonces, cumplía lo prometido
en campaña electoral y satisfacía una reivindicación histórica.
Pactó con su homóloga en el PP, Rita Barberá –también
debutante en aquellos años-, que los autobuses metropolitanos recogieran a los
vecinos de Vinalesa en diversas paradas de esta población de l´ Horta Nord y
los condujeran hasta el centro de Valencia. Si no recuerdo mal, establecieron
un canon de unos tres millones de pesetas del momento a modo de compensación
anual.
Han pasado 20 años
Veinte años después la situación ha variado ostensiblemente.
La EMT está reduciendo al máximo su carácter de servicio público accesible con
continuas y desorbitadas subidas de precio para sus usuarios. Al mismo tiempo,
elimina cualquier atisbo de colaboración o de solidaridad. En esta última
faceta entra la petición a Vinalesa, excesiva para ir dirigida a un municipio
de 3.500 habitantes, de 110.000 euros anuales por mantener el servicio.
Desde luego, Valencia, y, en este caso, la EMT, deciden. La
propia denominación de la empresa ya determina que tiene un carácter municipal.
Por tanto, su tarea consiste en proporcionar una prestación a los vecinos de su
municipio, a los ciudadanos de Valencia, y no a los de otras poblaciones como
Vinalesa. Ni tan siquiera a los de Mislata, Tavernes Blanques o Alboraya. Notiene obligación alguna de desplazarse hasta estas localidades para atender asus habitantes.
En el caso de las tres últimas cuentan con la ventaja de que
se hallan pegadas literalmente a Valencia y de que disponen de cuantiosos
núcleos de población. En cambio, Vinalesa, por mucho que aduzca su cercanía a
pedanías como Benifaraig, no se encuentra en ese entorno inmediato. Destinar
una línea que cubra esa distancia supone un lujo, desde el punto de vista de la
EMT, que ha de ser pagado a precio de capricho.
Vinalesa, incomunicada
Sí, comprendo perfectamente que Vinalesa va a quedar
incomunicada y que a los vecinos de esta localidad les ha cambiado la vida
disponer de un trayecto directo y rápido al centro de Valencia. No obstante, si
nos atenemos a la lógica insolidaria de estos tiempos de austeridad y recortes
severos, resulta igualmente comprensible y razonable que la EMT limite sus
trayectos a su área de trabajo, a Valencia ciudad.