Los partidos regionalistas de germen valenciano atisban las
próximas elecciones locales y autonómicas con una mezcla de ilusión, escasa
implantación y división. A lo largo de las últimas semanas en las que apenas
los he mencionado en esta columna de opinión que publica ABC, bastantes
lectores me han preguntado por ellos. Ya sea por simpatía, ya por mera
curiosidad o ya, si forman parte de otras formaciones políticas, por conocer al
rival, por endeble que les parezca, y tratar de desarticularlo. No existe
enemigo pequeño.