Allá donde hables de política percibes una
desconfianza tremenda hacia los gobernantes. Muchos ciudadanos, tras comprobar
el resultado de la alternancia entre PSOE y PP, no dudarían en suscribir la
célebre frase del actor Groucho Marx, quien, con su habitual ingenio, señalaba
que “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un
diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.
20 minutos. Pág. 2 (18-12-2013) |
Y el desastroso efecto lo pagan los
ciudadanos. Los responsables públicos no inspiran seguridad en sus acciones.
Más bien al contrario. Parecen obcecados en aplicar políticas que únicamente
provocan más dramas. En esta coyuntura emergen numerosos partidos que aspiran a
sustituir a los tradicionales. A nivel nacional UPyD ha consolidado su
alternativa y Movimiento Ciudadano pretende hacerlo.
En el ámbito autonómico Compromís y
Esquerra Unida ya constituyen opciones de poder. Además, surgen Unio, Renovació
Política, Acció Nacionalista Valenciana, Alianza Blanca, Demócrates Valencians
o Poble Democrátic. ¿Cómo escoger al adecuado? Quizás guiándose por la premisa
de Bernard Baruch: “Vota a aquel que prometa menos, será el que menos te
decepcione”.
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