20 minutos CV. Pág. 2 (03-12-2014) |
Los propietarios de bares y restaurantes suelen ser avezados
conocedores del carácter de sus conciudadanos. Sobre todo de sus hábitos de
consumo. Dialogando con uno de ellos sobre las modas pasajeras de ingerir una
marca u otra de refrescos, lanzó una sentencia: “la gente te pide lo que sale
en la tele. Cuando deja de salir, en cuatro días ya ni se acuerda”.
Esta máxima reviste tanta profundidad que puede aplicarse
mucho más allá de los productos citados. Por ejemplo, a la política. Pablo Iglesias
la personifica. Su carácter ubicuo en televisiones ha disparado las simpatías
hacia Podemos. Su rechazo a participar en una reciente tertulia puede iniciar
el efecto adverso. El olvido. De este último sabe bastante el PP por la
eliminación de RTVV y la lejanía de su presidente nacional de los medios
televisivos. En cualquier caso, y al margen de bebidas y políticos, resulta
curioso pensar en cómo cambia, sutilmente, nuestra vida al introducirse en ella
los mensajes que recibimos desde la pantalla, ya sea de tele, ordenador o
móvil.
Columna publicada hoy en el diario 20 minutos.
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