Columna publicada hoy en la página 2 de 20 minutos CV |
Su progenitor, Salvador, le inculcó la pasión por recrear los milagros de San Vicente Ferrer. Javier aplicó todo su talento declamador en las representaciones infantiles para después instruir durante años, y en calidad de director, a los menores de su altar en la interpretación callejera de los personajes vicentinos.
Esa afición alcanzó su cénit cuando tuvo la ocasión de personificar, en un inédito teatro de adultos, al santo valenciano por el que experimenta verdadera devoción. No dudó en realizarse una tonsura romana para trocarse en San Vicente con la máxima verosimilitud.
Este año anda henchido de orgullo. Su primogénito, Daniel, formará parte del grupo de niños de la plaza del Tossal que escenificará el próximo fin de semana alguno de los más conocidos milagros vicentinos. Contribuirá, como ya hicieron sus ancestros, a divulgar una de las tradiciones más singulares y arraigadas de la ciudad de Valencia.
Foto divulgada por Javier Mesa de los niños ganadores del concurso de altares en 2010. Junto a ellos aparece insignes vicentecinos como Juan Francisco Barberá o Antonio Rossi. |