Recorrer algunos tramos céntricos de Valencia se convierte,
a determinadas horas, en una suerte de carrera de obstáculos. Distintas
organizaciones filantrópicas han extendido la moda de situar a agentes
comerciales dispuestos a cortar el paso a quien transita para explicarle las
bondades de su causa. Desde luego, las tiene y merece escucharlas. No obstante,
la cansina insistencia con la que en ocasiones ofertan su producto estos
intermediarios chirría con la generosidad de la entidad a la que representan.
20 minutos CV. Pág. 2 (29-07-2015) |
Está claro que las ONGs necesitan recursos para su noble
finalidad y que numerosos ciudadanos podrían, si se pararan a escuchar su
mensaje, aportar más dinero para ayudar al prójimo. En cualquier caso, deberían
de buscar fórmulas alternativas a abordarle sin contemplaciones. Métodos más
amables e imaginativos y menos agresivos para captar la atención del viandante.
Mejorarían la imagen de su entidad y la circulación de los peatones.
Columna publicada en el diario 20 minutos (29-07-2015)
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