El propietario, junto a su equipoSu nombre recuerda a uno de los personajes bíblicos más
vituperados de la historia; no obstante, la realidad de ese bautismo se debe a
una circunstancia más mundana, con mayor vinculación a la tradición hostelera.
En el epicentro de Valencia, a menos de 50 metros de la entrada a la Catedral
desde la vecina torre del Miguelete, ha abierto sus puertas Barravas.
No lleva acento por cuestión temporal de marca, aunque lo
lucirá en breve para denominarse Barravás, de la composición de barra y vas (y
luego vuelves, como apostilla su flamante propietario). En cualquier caso, esta
cuestión léxica constituye solamente una de sus singularidades. Una segunda,
por ejemplo, la representa su aludido dueño, Rafael Pérez Higón, director de
Armani en Valencia durante décadas.
¿Y qué hace un experto en venta de artículos de vestir al
frente de un local de gastronomía mediterránea? Lo explica con sencillez: “mis
padres compraron los establecimientos -como se verá más adelante, se trata de
dos bajos-, se iba a hacer cargo mi hermana, pero se fue a vivir a Inglaterra y
me he ocupado yo”.