20 minutos CV. (06-02-2013). Pág. 2 |
Recuerdo una charla distendida, durante una cena de bar, entre dos amigos. Uno defendía que la persona inteligente destaca por mantenerse siempre firme en sus principios y comportamiento ocurra lo que ocurra. El otro le rebatió argumentando que, desde su punto de vista, la brillantez mental se caracteriza por saber adaptarse a las circunstancias. Es decir, por cambiar en función de estas.
Desde entonces han transcurrido ya dos décadas. El primero, quien apostaba por la inmutabilidad, ha variado ligeramente dentro del molde de su carácter y costumbres. El segundo, en cambio, se ha mantenido impertérrito. Hablas con él y preserva intactos las actitudes y argumentos de hace 20 años. Paradójico.
¿Quién actúa mejor? Cada uno mezcla las circunstancias con su forma de ser. El escritor Bernard Shaw sentenciaba que “el hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo”. ¿Qué resulta más sencillo y práctico de aplicar: el primer axioma o el segundo? No hace falta reflexionar demasiado para dar una respuesta.
Pincha este enlace para leer la edición completa de hoy de 20 minutos