20 minutos. Pág. 2 (17-12-2014) |
Posiblemente se trate del evento más esperanzador del año.
También del que más interés colectivo despierta. Me refiero al sorteo de la
Lotería de Navidad. Ni unas elecciones ni una final mundialista de fútbol
logran que haya tantos ciudadanos pendientes de los medios de comunicación. Sí
lo consiguen esas tres horas largas de retransmisión, el 22 de diciembre, del
desenlace de este juego nacional de azar. Y, principalmente, la emoción de que
cualquier español pueda convertirse en su protagonista. La suerte no está
echada y todo comprador de algún décimo, de alguna papeleta, puede resultar afortunado.
Ahí está la gracia.
Y a ese sorteo fían más su futuro económico muchos españoles
que a los estridentes anuncios del presidente del Gobierno sobre que España ya
ha escapado de la crisis, o al barullo preelectoral, que va adquiriendo un
carácter vertiginoso conforme se aproximan los comicios locales, autonómicos y,
posteriormente, generales. Bastantes de esos ciudadanos se conformarían con que
les cayera un modesto premio que les permitiera salvar el sobrecoste navideño.
O la extenuante cuesta de enero.
Columna de opinión publica en el diario 20 minutos
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