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jueves, 6 de octubre de 2011

La felicidad (20minutos)


20 minutos CV (05-10-2011) Página 2
Los ciudadanos estamos digiriendo un espeso mejunje compuesto por una tediosa precampaña electoral y una alarmante acumulación de pésimas noticias económicas. Las imágenes de los candidatos rebotan en nuestros azorados cerebros. Nos machacan y, a la vez, nos parecen lejanas comparadas con el difícil panorama que cada uno afronta cada día.
Nuestros políticos se han lanzado a una vertiginosa carrera por ver quién recorta más. Lo de menos es a cuántos convecinos perjudican. Han olvidado ya el temor que les infundó el movimiento 15M. De aquella invitación a reflexionar ha quedado bien poco. Ellos siguen en su línea, omnipotentes. Hasta que dejen de serlo. Entonces soportarán su particular drama.
Hace unas semanas leía tres consejos básicos para alcanzar, o como mínimo rondar, la felicidad.  Bastaba con nunca compararse con otros congéneres, sonreír con mucha asiduidad y granjearse amigos. Si nuestros políticos se aplicaran 
estas sugerencias su gestión cambiaría y, sobre todo, nuestras vidas, 
las de quienes les sufrimos, mejorarían.

miércoles, 18 de mayo de 2011

El lujo de votar (20 minutos)



Página 8- 20 minutos CV 18-05-2011

En Arabia Saudita no pueden votar las mujeres; en EEUU, los presos, e incluso en algunos estados tampoco los ex delincuentes que ya han cumplido su condena. La mayor parte de los países europeos no aplicó el sufragio universal hasta finales del siglo XIX. Costó sangre, sudor y muchas lágrimas que Nueva Zelanda, allá por 1893, fuera pionero en el voto femenino.
Tantos siglos de esfuerzo merecen, como mínimo, que cada uno de los ciudadanos en condiciones físicas, mentales y legales para votar lo haga el próximo domingo. El desánimo, la pereza o el hartazgo de los políticos constituyen motivos de depresión, desde luego, pero no excusas para no desplazarnos a nuestro colegio electoral, coger la papeleta que queramos y depositarla en la urna correspondiente.
Si no votamos, si no actuamos cuando el engranaje de la democracia nos lo permite, quedamos deslegitimados para quejarnos después. Sí, todo está muy mal y los gobernantes han caído en un absoluto descrédito, pero hagamos nosotros al menos un ejercicio de responsabilidad y cumplamos con un deber cívico que tanto sacrificio ha costado lograr.