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| 20 minutos CV. Pág. 2 (20-02-2013) |
Hoy tiene lugar una de esas citas con
la UNESCO que pasan desapercibidas. Por designios de esta organización
celebramos el Día Internacional de la Lengua Materna, un festejo que trata de
promover el multilingüismo y la diversidad cultural. Como cada jornada de estas
características, nos induce a reflexionar.
El uso de la lengua materna, la que nos
enseñan cuando empezamos a balbucear, resulta tan habitual que nos pasa
desapercibido. Ocurre como con los pies, que no valoramos el servicio esencial
que hacen a nuestro cuerpo cada día. Sin ellos no podríamos movernos. Sin la
lengua, en nuestro caso sin castellano y valenciano, no lograríamos
comunicarnos. Ni de forma oral ni escrita.
Pensemos en qué sucedería si no
compartiéramos esa herramienta. Si no nos comprendiera nuestro vecino. Sí,
resulta útil aprender inglés, ruso o chino, pero no perdamos la perspectiva.
Los recuerdos de la infancia, las vivencias, los instantes entrañables los
evocamos empleando nuestra lengua materna. Solo por lo que representa vale la
pena cultivarla.
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