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| 20 minutos CV. Pág. 2 (06-11-2013) |
El anuncio del cierre de Radio Televisión
Valenciana supone un golpe devastador para la sociedad valenciana en general y
para el oficio periodístico en particular. Constituye un dramático hito, un
antes y un después. A partir de ahora comienza otra historia que, por
desgracia, no podrán relatar los profesionales en la radio y la televisión
pública.
El Consell aduce, en un comunicado con
ribetes autoexculpatorios, que ha de preservar sanidad, educación y otros
servicios que antepone al que ofrece RTVV. ¿Acaso no resulta la información un
pilar básico de la democracia? Los ciudadanos tienen el derecho a saber, a
disponer de los datos para desenvolverse en el entorno que les rodea. Y este
cierre les priva de la prestación pública que garantizaba ese derecho. Al igual
que el de fomentar el uso del valenciano y el conjunto de la cultura autóctona.
Desde luego, a lo largo de su historia la
gestión de RTVV ha estado marcada por decisiones desafortunadas y perjudiciales
para su imagen. No obstante, ninguna resulta tan deplorable como la adoptada
ayer.
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