Este sábado 13 de junio izarán la vara de mando los alcaldes
de los 542 municipios de la Comunidad Valenciana. Algunos repetirán
experiencia. No obstante, para muchos otros –bastantes más que tras las
elecciones de 2011- se tratará de una vivencia inédita. Los resultados del 24
de mayo provocarán un cambio ostensible de color político en un buen número de
consistorios.
Los nuevos alcaldes llegan al cargo con una sociedad
exigente, hastiada de la corrupción y de promesas de transparencia en la
gestión que en demasiadas ocasiones no han acabado de concretarse. También deberán
afrontar circunstancias diferentes a las de sus predecesores. Las
inauguraciones de inmuebles quedaron reducidas a la mínima expresión hace años
y ahora la prioridad consiste en atender a quien no tiene para comer, para
pagar la luz o para sufragar la cuota de la asociación de padres de alumnos. Y,
desde luego, en crear empleo. Los alcaldes han de centrarse en lo básico.
Columna publicada en el diario 20 minutos (10-06-2015)
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