Me chirría escuchar tópicos como “ya está todo inventado”, “esto es así”, “no hay otra salida”, o, como se ha puesto de moda últimamente entre nuestros políticos oficiales, “vamos por la senda adecuada”. Hasta me generan cierta aversión hacia quien los dice.
Si nuestros antepasados neandertales hubieran aplicado cualquiera de estas premisas todavía seguiríamos viviendo en grutas, durmiendo a la intemperie y sobreviviendo de la caza mientras especies más pujantes que la nuestra intentaban aniquilarnos con el único motivo, eso sí, de ingerir los alimentos que necesitaban. Sin ánimo de sobreexplotar recursos ni incurrir en derroches de lo más variopintos e inútiles.