Las nereidas vivían, según relata la fértil mitología
griega, en las profundidades del Mediterráneo. Desde allí estas ninfas emergían
para guiar a atribulados navegantes azotados por las tempestades o,
simplemente, desorientados. Entre los afortunados socorridos por las amables
nereidas destacan otros personajes de leyenda, los argonautas, siempre en su
frenética búsqueda del vellocino de oro.