Las nereidas vivían, según relata la fértil mitología
griega, en las profundidades del Mediterráneo. Desde allí estas ninfas emergían
para guiar a atribulados navegantes azotados por las tempestades o,
simplemente, desorientados. Entre los afortunados socorridos por las amables
nereidas destacan otros personajes de leyenda, los argonautas, siempre en su
frenética búsqueda del vellocino de oro.
Marta Martín, la única diputada nacional de Ciudadanos por
la Comunidad Valenciana (sus cuatro compañeros de bancada autonómicos son
hombres), despunta en un partido varonil y bisoño en materias básicas como la
comunicación. Esta periodista, profesora de la Universidad de Alicante, ha
deslumbrado al propio Albert Rivera, que ha confiado en ella la portavocía
adjunta de su partido en el Congreso y que requiere de su acompañamiento en
gran parte de sus comparecencias en las Cortes.
Un ejemplo similar ocurre con Ángela Ballester en Podemos.
Emigrado al grupo mixto el cuarteto de congresistas de Compromís, se ha convertido
en la voz valenciana dentro del heterogéneo equipo de diputados de Pablo
Iglesias. Su rostro, omnipresente, dulcifica las intervenciones públicas del
citado Iglesias o de Íñigo Errejón. La
historiadora gandiense, además, forma parte de la dirección de
En el PP la portavoz de Carlet, Laura Sáez, compensa, con su
cercanía a María José Catalá, el distanciamiento creciente entre la
exconsellera de Educación y su otrora alter ego, Amparo Folgado, alcaldesa de
Torrent hasta junio de 2015. El
nombramiento de la Reina del Encuentro el pasado sábado en este municipio no
propició precisamente el acercamiento entre Català y Folgado. Mientras, en
Compromís la vicepresidenta de la Diputación, María José Amigó, acapara elogios
entre altos cargos del PSPV. Todo ello mientras la dirección política de la
corporación municipal va encallando.
Columna publicada el pasado jueves 28 en el diario ABC
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