Amin Maalouf borda un nuevo retrato de una época y de una civilización en ´Los desorientados´. No obstante, al contrario que en algunos libros precedentes que lo han encumbrado, como ´León El Africano´, ´Samarcanda´ o, quizás su obra maestra, ´Las cruzadas vistas por los árabes´, no se sumerge en el pasado para analizar hitos históricos. Prefiere quedarse en el presente y bucear en la mente y en los sentimientos de sus personajes en lugar de guiarnos por batallas, invasiones o sumisiones.
Con introspección retrospectiva crea un protagonista a su imagen y semejanza, Adam, mediante el cual relata la convulsa existencia de un grupo de amigos nacidos en Líbano. El destino y, sobre todo, los vaivenes de su país, obligó a la mayoría a forjarse el futuro en otras naciones. El fallecimiento de uno de ellos, Mourad, provoca una hégira tan imprevista como acelerada del resto. Adam, el primero en llegar, convoca a los otros, que se apresuran a retornar, tan embriagados por los recuerdos de adolescencia como martirizados por acciones pretéritas.