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sábado, 15 de junio de 2013

Nostalgia desorientada

Amin Maalouf borda un nuevo retrato de una época y de una civilización en ´Los desorientados´. No obstante, al contrario que en algunos libros precedentes que lo han encumbrado, como ´León El Africano´, ´Samarcanda´ o, quizás  su obra maestra, ´Las cruzadas vistas por los árabes´, no se sumerge en el pasado para analizar hitos históricos. Prefiere quedarse en el presente y bucear en la mente y en los sentimientos de sus personajes en lugar de guiarnos por batallas, invasiones o sumisiones.
Con introspección retrospectiva crea un protagonista a su imagen y semejanza, Adam, mediante el cual relata la convulsa existencia de un grupo de amigos nacidos en Líbano. El destino y, sobre todo, los vaivenes de su país, obligó a la mayoría a forjarse el futuro en otras naciones. El fallecimiento de uno de ellos, Mourad, provoca una hégira tan imprevista como acelerada del resto. Adam, el primero en llegar, convoca a los otros, que se apresuran a retornar, tan embriagados por los recuerdos de adolescencia como martirizados por acciones pretéritas.
"Absorto en mis propias nostalgias, nunca he prestado atención a las nostalgias de los seres que he conocido. Que hayan podido dejar sus trazas en mi memoria me parece muy natural; que yo haya podido dejar las mías en la de ellos me sorprende. Falta saber si con esta actitud demuestro modestia o insensibilidad". Reflexiones del calado de la reseñada va recopilando Adam, alter ego del propio Maalouf, en su diario. Profesor universitario, aparta la biografía de Atila, en la que andaba enfrascado, para sumirse en la propia y en la de su abigarrada fraternidad.
´Los desorientados´ permite al lector conocer los avatares que han desarbolado un país de la belleza de Líbano. En todo caso, el mérito del libro no radica en la descripción geográfica o histórica, que sirve de decorado. Más bien su acierto, el motivo por el que su lectura deja huella indeleble, consiste en la pericia que demuestra Maalouf para adentrarse en el alma humana, llegar a lo más recóndito de ella y expresar su hallazgo en palabras. El resultado, una etopeya precisa de los personajes que nos induce a identificarnos con sus anhelos, dudas y nostalgias. Trasciende con creces la frontera libanesa.
Critica literaria publicada en Las Provincias. Pincha este enlace para leerla en la web del diario

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