La tardía llegada del calor nos recuerda que Valencia y, más en particular, su área norte periférica, dispone de un producto único: la horchata. Y no tiene parangón porque, para producirlo con toda su exquisitez, hace falta recurrir a las variedades de chufa sembradas y cosechadas en un terreno irrepetible y con un microclima especial como el de la huerta valenciana.
La ingesta de este líquido nutritivo -hace tiempo que, gracias a sus ropiedades alimenticias, dejó de ser catalogado como simple bebida refrescante- resulta tan singular como pasear por su zona de producción. Únicamente hace falta desplazarse unos cientos de metros de Valencia para adentrarse en Alboraya y transitar por los campos de chufa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario