¿Ya está todo inventado?

Me chirría escuchar tópicos como “ya está todo inventado”, “esto es así”, “no hay otra salida”, o, como se ha puesto de moda últimamente entre nuestros políticos oficiales, “vamos por la senda adecuada”. Hasta me generan cierta aversión hacia quien los dice.

Si nuestros antepasados neandertales hubieran aplicado cualquiera de estas premisas todavía seguiríamos viviendo en grutas, durmiendo a la intemperie y sobreviviendo de la caza mientras especies más pujantes que la nuestra intentaban aniquilarnos con el único motivo, eso sí, de ingerir los alimentos que necesitaban. Sin ánimo de sobreexplotar recursos ni incurrir en derroches de lo más variopintos e inútiles.

Y no hace falta ir tan lejos. Si hace únicamente 15 años la totalidad de los seres humanos hubiéramos vivida con esas normas grabadas en unas mentes opacas, en la actualidad no contaríamos con los móviles, los ordenadores, la banda ancha y la ingente cantidad de infinitos recursos tecnológicos a los que, en teoría, tenemos acceso. Después ya cada uno puede disponer de ellos en función de su bolsillo e inquietudes.

Por tanto, ni mucho menos –y afortunadamente- está todo inventado, ni esto es así porque alguien lo diga ni tampoco se puede afirmar que no hay otras salidas. Y tengo mis serias dudas respecto al soniquete político de “vamos por la senda –o por el camino- adecuada”. Hasta la fecha no lo han demostrado. Menos mal que, como insisto, no está todo inventado y que sí existen otras salidas.

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