La elección de un candidato que pueda ganar las elecciones
de su localidad no resulta tarea fácil. De cara a los próximos comicios de 2015
la situación se complica por el desapego social hacia la política y por el
desánimo de muchos alcaldes y portavoces. Han pasado de convertirse en los más
solicitados para cualquier acto a coleccionar quejas, protestas y hasta
insultos. Nada agradable.