Televisión Española ha anticipado que desterrará la figura
clásica –o, como mínimo, la habitual en la última década- de tertuliano en su
programa ´El Debate´ y que la sustituirá por especialistas en un tema concreto,
en el que aborde ese día, ya que limitará el citado programa a analizar una sola
cuestión.
Esta decisión puede constituir el anticipo de aquello que
ocurrirá en el futuro en otros programas y cadenas. El ciudadano busca
información seria, práctica y especializada. Se está aburriendo de debates
televisivos plagados de políticos con posturas inamovibles y que siguen a
rajatabla las directrices dialécticas de su partido. Y también se cansa de
periodistas que respaldan sin el menor tapujo a una formación política o a otra
en lugar de ejercer su rol de analistas objetivos y documentados de la
realidad.
Del mismo modo, esa determinación de TVE responde, desde mi
punto de vista, a la pérdida de credibilidad de muchas tertulias de radio o
televisión que han degenerado en un crispado guirigay presidido por
interrupciones (muchas veces alentadas o permitidas por los propios
moderadores) continuas entre sus participantes. Al final trasmiten una insomne descarga
de ruido y tensión al espectador, saturado ya por los problemas y
preocupaciones propios acumulados durante la jornada.