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lunes, 13 de octubre de 2014

La metamorfosis de los tertulianos

Televisión Española ha anticipado que desterrará la figura clásica –o, como mínimo, la habitual en la última década- de tertuliano en su programa ´El Debate´ y que la sustituirá por especialistas en un tema concreto, en el que aborde ese día, ya que limitará el citado programa a analizar una sola cuestión.
Esta decisión puede constituir el anticipo de aquello que ocurrirá en el futuro en otros programas y cadenas. El ciudadano busca información seria, práctica y especializada. Se está aburriendo de debates televisivos plagados de políticos con posturas inamovibles y que siguen a rajatabla las directrices dialécticas de su partido. Y también se cansa de periodistas que respaldan sin el menor tapujo a una formación política o a otra en lugar de ejercer su rol de analistas objetivos y documentados de la realidad.
Del mismo modo, esa determinación de TVE responde, desde mi punto de vista, a la pérdida de credibilidad de muchas tertulias de radio o televisión que han degenerado en un crispado guirigay presidido por interrupciones (muchas veces alentadas o permitidas por los propios moderadores) continuas entre sus participantes. Al final trasmiten una insomne descarga de ruido y tensión al espectador, saturado ya por los problemas y preocupaciones propios acumulados durante la jornada.

A la falta de un respeto básico en algunos de esos programas se suma el desparpajo que ciertos opinadores demuestran para abordar temas tan alejados entre sí como la pandemia del Ébola, el debate político en Francia o las últimas conclusiones de Stephen Hawking. Me gustaría tener el placer de escuchar a una mente tan privilegiada con la capacidad de sentar cátedra sobre cuestiones tan diversas. Me asombra contemplar cómo algunos de estos tertulianos lo hacen sin el más mínimo pudor. 

La confluencia de opiniones predefinidas, sin la consistencia documental suficiente y aderezadas de subidas de tono e incluso improperios, ya hastía al oyente y al espectador. En este contexto, comprendo la decisión de Televisión Española. No la comparto.
Considero que la figura del periodista resulta básica en una tertulia. No obstante, me refiero a la del periodista documentado en la materia. E imparcial. Sin ideas predefinidas ni pertrechado de frases lapidarias. Que tiene la capacidad para diseccionar los errores o aciertos de uno u otro candidato, o de uno y otro equipo de fútbol, y que lo hace con objetividad, sin reparos.
Hablo del buen profesional que conoce, pues lo ha investigado y, además, hace un seguimiento continuo, un tema y que lo sabe comunicar mejor que la mayoría de especialistas en esta materia. Porque el periodista destaca por su capacidad de documentarse, de analizar y de transmitir. Por tanto, en mi modesta opinión esa figura, la del periodista que lanza opiniones aderezadas de información contrastada, resulta la más adecuada para protagonizar cualquier tertulia. Y merece, desde luego, un reconocimiento profesional y económico adecuado por su labor.

Artículo de opinión publicado en el diario Levante. 
Pincha este enlace para leerlo en levante-emv.com 

  

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