
Antes que buscar cómo atraer a más visitantes hace falta
atender con mayor hospitalidad a los que recibimos. En Helsinki, la capital
finlandesa, parejas de informadores acreditados y políglotas patrullan las
calles. Junto a la solapa de su camisa lucen insignias metálicas con las
banderas de aquellos países cuyos idiomas hablan. Cinco o seis. El turista
únicamente ha de preguntarles en la lengua en la que se sienta más cómodo y sin
necesidad de buscar oficina de turismo alguna. ¿Por qué no aplica Valencia este
práctico sistema? Para empezar evitaría la penosa impresión que generan esas
colas bajo el sol o la lluvia citadas en el inicio de este artículo.
Artículo publicado en el diario 20 minutos (01-10-2014).
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