Desmoralización, incredulidad y una
crítica creciente. De las conversaciones con numerosos militantes de calle, de
concejales e incluso de diputados de Partido Popular y Partido Socialista
extraes ese substrato. En la Comunidad Valenciana no dudan, tanto unos como
otros, en reprobar en incontables foros a los máximos responsables de su
formación, tanto a nivel autonómico como, sobre todo, nacional. Ya no se
callan.