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martes, 26 de marzo de 2013

Sin el título de ESO


El semanario Magisterio, un referente en la información sobre educación en el conjunto de España, destaca, en su última portada, un dato espeluznante: del millón de jóvenes españoles desempleados, 456.926 no tienen el título de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria). Este dato sobrecoge por su contundencia.

La mitad de los parados no ha adquirido esa formación, considerada básica y mínima en un entorno y en un mercado laboral que exige la máxima cualificación de cualquier ciudadano. ¿Y qué hacer sin poder acreditar ni tan siquiera ese título? Complejo panorama. Además de tareas manuales que no exijan demasiada cualificación, poco más queda en la desoladora coyuntura actual.


Ese medio millón de desempleados sin ESO constituye la cosecha de los años de bonanza económica, del dinero fácil procedente primero de la agricultura y después de la construcción. Con 13, 14 o 15 años, y algunos jóvenes incluso con 18 o más tras repetir en incontables ocasiones sus cursos, se enrolaban en estos sectores. Sabían que les proporcionarían unos ingresos económicos. La necesidad de muchos hogares les conminó a ellos. En otros casos, la imposibilidad para sus padres de hacerles estudiar les convenció de que el camino más práctico para acceder al mercado laboral consistía en zambullirse de inmediato, con lo puesto, sin más preparación.

El maremoto económico que estamos sufriendo se ha llevado por delante a los sectores boyantes del pasado y ha arrastrado a numerosas empresas entre cuyos trabajadores abundaba la mano de obra sin cualificar. Todo ello ha engullido tanto a parte de este medio millón de jóvenes como a millones de personas que han superado con creces la barrera de los 30, los 40 e incluso los 50 o los 60 años y que también, por unos motivos u otros, optaron en su momento por iniciar una carrera laboral sin contemplar el paso previo por las aulas.

Nuestros gobernantes, que hasta la fecha han demostrado con creces su incapacidad para generar trabajo, deberían de hacer especial hincapié en el nutrido colectivo que carece de ese título de la ESO. Y me refiero tanto a jóvenes como mayores.

Columna publicada en diariocriticocv.com. Pincha este enlace para leerla en ese medio digital 

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