El semanario Magisterio, un referente en la
información sobre educación en el conjunto de España, destaca, en su última
portada, un dato espeluznante: del millón de jóvenes españoles desempleados,
456.926 no tienen el título de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria). Este
dato sobrecoge por su contundencia.
La mitad de los parados no ha adquirido esa formación,
considerada básica y mínima en un entorno y en un mercado laboral que exige la
máxima cualificación de cualquier ciudadano. ¿Y qué hacer sin poder acreditar
ni tan siquiera ese título? Complejo panorama. Además de tareas manuales que no
exijan demasiada cualificación, poco más queda en la desoladora coyuntura
actual.
Ese medio millón de desempleados sin ESO constituye la
cosecha de los años de bonanza económica, del dinero fácil procedente primero
de la agricultura y después de la construcción. Con 13, 14 o 15 años, y algunos
jóvenes incluso con 18 o más tras repetir en incontables ocasiones sus cursos,
se enrolaban en estos sectores. Sabían que les proporcionarían unos ingresos
económicos. La necesidad de muchos hogares les conminó a ellos. En otros casos,
la imposibilidad para sus padres de hacerles estudiar les convenció de que el
camino más práctico para acceder al mercado laboral consistía en zambullirse de
inmediato, con lo puesto, sin más preparación.
El maremoto económico que estamos sufriendo se ha llevado
por delante a los sectores boyantes del pasado y ha arrastrado a numerosas
empresas entre cuyos trabajadores abundaba la mano de obra sin cualificar. Todo
ello ha engullido tanto a parte de este medio millón de jóvenes como a millones
de personas que han superado con creces la barrera de los 30, los 40 e incluso
los 50 o los 60 años y que también, por unos motivos u otros, optaron en su
momento por iniciar una carrera laboral sin contemplar el paso previo por las
aulas.
Nuestros gobernantes, que hasta la fecha han demostrado con
creces su incapacidad para generar trabajo, deberían de hacer especial hincapié
en el nutrido colectivo que carece de ese título de la ESO. Y me refiero tanto a
jóvenes como mayores.
Columna publicada en diariocriticocv.com. Pincha este enlace para leerla en ese medio digital
No hay comentarios:
Publicar un comentario