Para qué ofuscarse?

Qué difícil parece no ofuscarse con tantos problemas que surgen en la vida! Pero, si lo piensas fríamente, para qué sirve esa ofuscación. En la práctica, para nada. Para crearte más desazón, para hacer que no puedas afrontar con claridad la situación y, sobre todo, para atascarte en esa dificultad.

Se trata de limpiar la mente y de no repetirse una y otra vez un error o un hecho angustioso. De reflexionar, vale, ha ocurrido, pero ya no puedo hacer nada para volver al pasado. Sólo puedo intentar no repetir errores en el futuro o pensar en circunstancias más agradables que me hagan reconducir la vida con cierto optimismo.

Si nos ofuscamos con hechos o con personas únicamente conseguimos hacernos daño, nos carcomemos internamente y no avanzamos. Cuesta, pero no queda más remedio que pasar el limpiacristales por nuestra mente, dejarla limpia de heridas y manchas y mirar con más nitidez el camino que afrontamos. Porque debemos seguir adelante.