Chinchilla de Montearagón. Aunque el objetivo de este viaje
lo constituye la histórica ciudad albaceteña de Almansa, lo iniciamos en la
localidad del llamativo castillo sobre su cerro, ubicada en las cercanías de la
capital.
La intención consiste, precisamente, en contemplar su
imponente fortaleza, a la que se accede o por coche o, si en una bifurcación
donde se pierde la señal física no se acierta con el camino, a pie montaña a
través.
Para desgracia del visitante, y aunque en teoría abre
durante toda la jornada, las dos puertas se hallan en el sábado que acudimos
completamente cerradas. Sí, dos entradas con pórticos de madera, algo que no
suele ser habitual en un castillo. En este caso, la trasera, la poterna, se
encuentra bien visible y accesible por una rampa.