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sábado, 3 de febrero de 2024

Esmorzaret potente: carne de caballo, patatas fritas, ajos tiernos y alioli de romero y miel

Carne de caballo para recuperar el clásico filete de la huerta valenciana que tanto alimentaba a agricultores y familias y de reconocido aporte proteínico. Hecho al punto, se suma a ajos tiernos de temporada, con un ligero aunque original sabor. Le añaden las patatas fritas tan costumbristas de bocadillos en la provincia de Valencia y poco frecuentes en otros lugares con esa presentación panadera.

 

Esa mezcla se introduce en un bocadillo de pan estándar. Eso sí, no en cualquiera, sino en el clásico igualmente autóctono de pataqueta, con su forma de media luna. Antes, se embadurna su parte inferior interna de un alioli (o all i oli -ajo y aceite- como se denominaba originalmente antes de confluir en una sola palabra) dulzón, salpimentado de romero y miel. Y sobre esa base se incluye el resto de condimentos, con la carne en la base sobre la salsa y ajos y patatas salteados encima de los filetes.

 

Se trata del bocadillo escogido por el grupo de expertos que realizan lo que han bautizado como ´ruta dels esmorzars (almuerzos)´, que responde a la arraigada costumbre valenciana de comerse a mitad de mañana un bocadillo apabullante y sabroso que casi ya da por zanjada y saltada la comida. O, como mínimo, la retrasa.

 

Este suculento bocata de pataqueta lo ha presentado el restaurante Mi Cub, ubicado en el céntrico Mercado de Colón de Valencia como nueva entrada en su carta. Su objetivo consiste en “acercar los productos tradicionales, traer elaboraciones que se pueden comer en pueblos pero resultan de difícil acceso a la capital. Así existe la posibilidad de disfrutarlas en Valencia y también proporciona a personas de otros países o comunidades autónomas la oportunidad de conocerlas”, tal como apunta Anabel Navas, propietaria de Mi Cub.

 



En esa filosofía gastronómica encaja el pan de pataqueta. En este caso procede del horno de Jesús Machí, con su receta que consiste en que una vez amasado, se deja cuatro horas en reposo para que crezca la masa. Luego le dan forma como pataqueta, que vuelve a fermentar una hora más para a continuación introducirla en el horno. “Dependiendo de los días, la pataqueta fermenta entre seis y ocho horas”, explica Machí.

 

El almuerzo o ‘brunch’ -que se degusta preferentemente entre las 10 y las 12 del mediodía, más o menos- no se limita al bocadillo. Marida con cerveza (en este caso, de la marca valenciana Turia) y le precede un pequeño aperitivo compuesto por el conocido como cacao del collaret, en cáscara, con mucho sabor y originario de la periferia norte de Valencia, y por aceitunas, previsiblemente de comarcas de interior de la provincia como Hoya de Buñol o Utiel-Requena.




Y se remata con el cada vez más demandado ´cremaet´, que combina, junto al café, azúcar, ron, limón e incluso canela, para prenderlo como si de una falla se tratara antes de servirlo. Así se disfruta de un ´esmorzaret´ valenciano.

 

 

 Puedes leer también esta crónica en el medio digital www.soloqueremosviajar.com 

 

 

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