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jueves, 11 de abril de 2024

Apuntes de un fin de semana clásico y futbolero en Roma

-Alojamiento en Secret Rhome, en la calle Largo di Fiorentini, muy cerca del corso Julia y a unos quince minutos de El Vaticano. Simplemente funcional. Llegada pasada la media noche después de vuelo de Ryanair con una hora y media de retraso. La segunda vez que sufro esta situación (en la anterior la demora fue de dos horas) en poco más de una semana con la misma compañía aérea. Se agradecería una disculpa en el vuelo (lleno y acalorado) que nunca llegó.

-Visitas guiada con la plataforma Guru Wulk para pasear por la Roma más clásica. El guía estaba más interesado en recalcarnos todo lo que íbamos a aprender con él que en responder a preguntas de las que desconocía su respuesta. Lo dejamos a medio recorrido previo pago de una cantidad por su trabajo y devolución de cascos.

-Impresionante siempre la columna de Trajano, junto a su foro, cerca del de Julio César y con la panorámica cercana del arco de Tito y, por supuesto, del Coliseo.

domingo, 7 de abril de 2024

De agroturismo por la Ibiza de interior

 Ibiza fuera de temporada da para disfrutar de playas con escaso tránsito de gente, agroturismo sin esquivar vehículos en carreteras estrechas y para tomarte con calma retrasos como el de dos horas de reloj de nuestro vuelo desde Valencia que nos hizo aterrizar a las 23,30. Esto, de rebote, nos obligó a pagar 40 euros más a la empresa de alquiler de coches Centauro, ya que su oficina aeroportuaria cierra a las 23 horas y te esperan si avisas y abonas ese extra.

Como estamos en isla del flow, o de fluir sin preocupaciones y centrados en la vivencia, nos lo tomamos con calma. Subimos al Hyundai asignado que, por cierto, se enciende girando la llave del interruptor y apretando a la vez embrague y freno, y recorremos los alrededor de 30 kilómetros que nos separan de nuestra casa de agroturismo, Can Pere Sord, en el término de Sant Joan de Labritja.

Torre de Portitxol

Cansados por los retrasos y sumidos en la oscuridad de la noche, no estamos para captar las dimensiones del lugar. Suele ocurrir en las engañosas llegadas nocturnas. Mañana será otro día. Y lo es porque despertamos al son de las gallinas del corral de la casa.

El paseo matutino no puede faltar. Recorro el kilómetro desde la granja hasta la carretera principal, atravieso esta última, paso junto a un supermercado y enfilo hacia la playa Benirrás. Cientos de metros después, del cielo encapotado empiezan a caer algunas gotas. La situación no parece que vaya a mejorar, así que decido volver y sufrir el chaparrón que cae ya enfilando el alojamiento.

Desayuno con morcilla y sobrasada caseras, además de con unas deliciosas peras y manzanas de tamaño mini. Vamos sin prisas, a lo que surja. No obstante, no se puede viajar a Ibiza sin pasear por alguno de sus mercadillos hippies (o jipis, si nos atenemos a la traducción literal al castellano), por lo que nos vamos al clásico de las Dalias, en Sant Carles.