Panorámica de Baynac, con su castillo en la cima |
Sí, esta crónica refleja un recorrido por la Dordoña, en la región
francesa de Nueva Aquitania. No obstante, empieza por una etapa previa,
fronteriza con España. Una escala en Bayona, la ciudad con su jamón propio, con
los minibuses eléctricos gratuitos que recorren su casco antiguo, sus
kilómetros de murallas o su imponente catedral, famosa por sus policromáticas
vidrieras y sus espigadas agujas de reloj.
Bayona |
Bayona está repleta de terrazas junto a su concurrido
mercado, en el que grandes carteles anuncian los próximos espectáculos taurinos.
Las gabarras que recorren el Adur, entre las coloridas viviendas colindantes al
citado río, o los puestos que se multiplican en su mercado ambulante sabatino,
con comida afgana o armenia, suponen un atractivo para turistas y caminantes
que afrontan el Camino de Santiago.
Y vamos ya a lo que nos ocupa, a la Dordoña, partiendo de
una base en la diminuta localidad de Saint Paul de Serres, en la casa de Joel y
Marilyn situada junto al bosque. A unos cien kilómetros al este de Burdeos y a algo
más de un centenar al norte de Agen. Esta pareja reside en Toulouse, a 250
kilómetros, y disfruta de sus fines de semana y vacaciones en su bucólica
alquería, en la cual han edificado un habitáculo para invitados con sus propias
manos e ingenio.
Estatua de Cyrano de Bergerac |
Primera panorámica. Sentados frente a la campiña, brindando
con sirope de frambuesa, degustando salchichón y contemplando cómo sus dos caballos pasean
ingiriendo toda la hierba fresca que encuentran en su camino. De ahí pasamos a Bergerac, localidad internacionalmente
conocida por la figura literaria de Cyranno. Dos grandes estatuas en el centro
recuerdan al galán de prominente nariz. Las calles de retazos medievales
desembocan en el puerto, donde se encuentran ancladas las gabarras turísticas.
El museo del vino ayuda a recopilar las principales características de los
afamados caldos de la zona.