Coleccionistas de placas de cava

Poble Nou del Delta acogió el último encuentro, el del pasado domingo 18 de marzo, de coleccionistas de placas de botellas de cava. Como si de numismática o filatelia se tratara, aficionados a guardar, intercambiar y comprar esas ilustraciones metálicas se congregaron en esta localidad catalana del delta del Ebro para tratar de ampliar sus respectivas colecciones. El domingo anterior habían estado en la ciudad de Tarragona.

Existen más de 25.000 tipos diferentes de placas, según explica uno de los comerciantes, que oferta su producto desde un euro la unidad. El precio máximo que puede pagar uno de sus compradores asciende a 150 euros, tal como describe, "si hablamos de un placa de cava de Castellnou de la que solo hay contabilizados tres ejemplares".

Hace referencia a botellas de mitad del siglo XIX. "Antes las tiradas quedaban muy reducidas porque había pocas personas con poder adquisitivo suficiente para consumir cava", justifica el vendedor. Las placas más baratas en este mercadillo dominical itinerante, compuesto por media docena de puestos, se quedan en medio euro.

Poble Nou, casi en la misma desembocadura del Ebro, se halla integrado en un paisaje costero idílico para pasear a la búsqueda de descubrimientos como el de este mercado de placas. La afición en el sur de Tarragona no alcanza el grado de la de la zona de Sant Sadurní d´Anoia pero tiene su arraigo.
Un recorrido por la playa del Trabucador hasta llegar a la península de la Banya o un avistamiento de aves desde Riumar completan un recorrido cuya culminación puede consistir en una degustación de arroz de pato en Casa Nuri.

Centro de Poble Nou del Delta