Castillo situado en pleno centro de Sajazarra. |
En este caso, y ya que nos referimos a una región vitivinícola por antonomasia, comenzamos por bodegas Lecea. Curioso bajar a su subterráneo y recorrer sus cavas, observar el pellejo (la versión más ancestral de la ´bota´) de vino, en este caso con una asombrosa capacidad de hasta 125 litros, o contemplar los nichos prestos para el alquiler de aquellos clientes que quieran conservar allí las botellas adquiridas.
Santo de la Domingo de la Calzada |
Tercera etapa: Briones. Destaca, además de por hallarse en la cima de un montículo, también por contar con una exposición de artilugios farmacéuticos ancestrales, por su plaza central y su ronda de circunvalación con preciosas vistas del entorno, y por el museo etnológico que describe la vida de una familia riojana a mediados del siglo XX. Explica con mucho detalle y extenso vocabulario su quehacer cotidiano en la cocina, el dormitorio o con los aperos de labranza. Prestigio ha adquirido bodegas Vivancos por su museo.
Desde allí, ascenso al castillo de Davalillo, del siglo XIII, cerca de San Asensio. Mantiene su aspecto señorial externo, sobre todo desde la lontananza. Cuando llegas tras recorrer tres kilómetros de carretera en coche y ascender 300 metros a pie por un empinado socavón, te topas con un interior carcomido por la vegetación. En cualquier caso, las vistas panorámicas compensan el esfuerzo de llegar hasta el lugar. Precioso al atardecer. A sus pies yace la ermita de la Virgen de Davalillo.
Interior iglesia de Santa María de la Asunción (Sajazarra) |
Castillo de Davalillo |
Y completamos este breve - el que la disponibilidad de tiempo y la clemencia meteorológica han permitido- recorrido con una visita a Ezcaray y un transito por sus calles centrales, también repletas de tascas que suministran sabrosos pinchos bajo los elegantes soportales.
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