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sábado, 29 de septiembre de 2012

Canto del grillo (ABC)

Una de las leyendas más espeluznantes de la fértil mitología griega hace referencia a Eos, diosa titánide de la Aurora, que anticipaba la llegada diaria de su hermano Helios, el sol. Rendida por el amor de un simple hombre, Titono, no dudó en pedirle al padre de todos los dioses, Zeus, que concediera la inmortalidad a su amado. Su deseo se convirtió en realidad con un matiz: olvidó solicitar –o el despiste fue del propio Zeus, que existe disparidad de criterios según las fuentes- también la eterna juventud de Titono. Encerrado en su cuerpo inmortal, el ferviente amante pasó de ser un apolíneo joven a derivar en un manojo de arrugas y acabar metamorfoseado en grillo. Dramática historia.



Josep Santamaría, el ex alcalde de Xirivella y ex diputado nacional durante siete años y medio, forma parte de esa pléyade de políticos a los que Zeus, omnipotente, parece haber alcanzado con su rayo prodigioso. Pasan los años, los lustros, las décadas, y continúa ocupando un puesto en el cada vez más reducido elenco socialista. Al igual que ocurrió con Titono, quizás alguien olvidó matizar que su inmortalidad como político iría vinculada al escaño de diputado para no acabar acogido como mero y discutido asesor.
Reflejo

ABC CV (28-09-2012). Pág. 72

Incluso acomoda en cenas socialistas a Ramón Marí, su reflejo opuesto. Me explico. Cuando Santamaría ejercía de alcalde, el actual secretario general del PSPV en l´ Horta Sud apenas dirigía la oposición local en Albal. La carrera política del xirivellense ascendía. Diputado y secretario general comarcal. Hasta declinar con la pérdida de escaño en 2011. Ahora Marí ocupa esa jefatura en l´ Horta Sud y un escaño de diputado provincial. Santamaría, hábil en las relaciones sociales y ubicuo en el trabajo, sobrevive en una ´titónica´ sombra. En cualquier caso, no olvidemos el carácter efímero de los cargos políticos y su vaivén, ni menospreciemos la capacidad seductora del canto del grillo.
Si tuviera que escoger un congénere al que asemejarse posiblemente Santamaría no hiciera como el bello Narciso, que se enamoró de su propia imagen reflejada en una fuente. Me inclino a pensar que quedaría prendado de Vicente Ferrer. No del venerado santo, sino del homónimo político del PP que no ha bajado de diputado provincial (compaginó, sí, este último cargo con el edil de Alboraya) en los últimos lustros. El que fuera secretario general de UV en los tiempos del lizondismo ha ocupado escaño en las dos cámaras nacionales y en la citada de Valencia. Con 53 años aún puede aspirar a diputado autonómico.
Allí podría debatir con el socialista Alfred Boix, ocho años menor, que no le anda muy a la zaga. Diputado nacional, teniente de alcalde de Gandia, diputado provincial y ahora parlamentario en las Cortes Valencianas. Total, que Santamaría tiene longevos espejos en los que mirarse.