Dijon, la capital de la Borgoña, sabe cómo facilitar la visita de turistas y, en general, cómo acoger a los visitantes. Además de sus múltiples encantos y de constituir el epicentro de la región vitivinícola por antonomasia de Francia, ha desarrollado una serie de facilidades que transforman en confortable cualquier recorrido.
Entre ellas destacaría:
-Habilita microbuses gratuitos que transitan por el centro de la ciudad. Cada diez minutos se detienen ante alguna de las paradas perfectamente señalizadas con visuales pivotes.
-La entrada a los museos resulta gratuita durante cualquier día de la semana. Y los tiene muy interesantes, como el de la vida en la borgoña, que recrea desde la vestimenta habitual de finales del siglo XIX hasta comercios, cunas, habitaciones o negocios carniceros u horneros. También el de arte sacro, el de bellas artes o el arqueológico.
-Urinarios públicos privados e higiénicos. Existen diez instalados en la ciudad y claramente identificables. La entrada no cuesta céntimo alguno. Cuando sale de él cada usuario permanece cerrado un par de minutos para realizar una completa limpieza automática, de manera que el siguiente ciudadano lo encuentra impecable.
-Señalización de recorridos urbanos. Dispone de uno principal y de tres accesorios. Unas imágenes doradas de lechuza actúan de rastro totalmente detectable. En las oficinas de turismo entregan de manera gratuita el plano de la ciudad con los recorridos turísticos establecidos. Las explicaciones de los hitos de ese camino van en un folleto diferente que cuesta tres euros.
-Aparcamientos públicos a precio moderado. Dejar durante cinco horas el coche en el de Santa Ana (céntrico) cuesta 4,10 euros. En cambio, hacerlo en la zona azul implica abonar un euro por cada 30 minutos de estancia.
-Nutrida y constante presencia policial en las calles.
-Su célebre y genuina mostaza.
- La fórmula bocadillo+bebida+postre. La ofrecen en la práctica totalidad de hornos y en otros negocios de alimentación. Cuesta entre 5,30 y siete euros.
-Encantos de la ciudad. El mercado de comida fresca de Les Halles, la emblemática plaza de La Liberté, la calle comercial del mismo nombre...y, desde luego, el recorrido por las poblaciones vecinas productoras de vino, desde Couchy hasta Beaune (imprescindible visitar el hospicio de mitad del siglo XV de esta localidad. 7,5 euros el recorrido con audioguía).
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