Fernando de Rojas, en su antológica comedia La Celestina,
profiere una serie de sentencias que han contribuido a agrandar la reputación
del sabio personaje que le da título. “No es vencido sino el que cree serlo”,
pronuncia con énfasis. Siglos después, Vicente Betoret, presidente provincial
del PP, parece recoger ese legado literario para animar a sus decaídas huestes
y para aunar el variopinto grupo de la Diputación de Valencia.
En la corporación provincial, en un habitáculo sin apenas
compartimentos estancos, conviven diputados neófitos con asesores que hasta
hace unos meses dirigían la institución. Sutilmente, la portavoz, Carmen
Contelles, intenta encajar este abigarrado puzzle. Por un lado, Enrique Ortí,
Javier Berasaluce o Fran Izquierdo. Llegan de ceder sus alcaldías y entran con
arredro aunque con humildad. Por otra parte, los veteranos Remedios Avia y
Miguel Baillach, acostumbrados a mandar en sus municipios y en la Diputación. Incluso
Rafa Soler. Entre ellos, el benjamín y debutante hasta como concejal, el
alborayense Modesto Martínez. O el
alcalde del municipio más populoso que gobierna el PP en la provincia, Juan
Ramón Adsuara, de Alfafar.
Y, desde luego, el elenco de asesores. Como el presidente en
funciones durante el final del último mandato de la corporación, Juan José
Medina. Con su presencia constante en este inicio de curso trata de demostrar
que se ha acoplado a su nueva misión, bastante más modesta que la anterior. Lo
plasma con hechos. En su caso, con dedicación. Paco Lledó, exedil de Fiestas de
Valencia, lo ha transmitido con palabras: “he sido concejal, diputado, y ahora
me toca asesor”. Así resume su trayectoria. Adaptación. Hasta exconsellers como
Andreu López, de la época de Lerma, vieron menguar su rol al papel de asesor en
apenas unas semanas. Vaivenes de la política.
Para limar asperezas, Enrique Ortí invitó la pasada semana a
cenar a sus nuevos compañeros. Lo hizo en su localidad, Xirivella, durante las
fiestas. Sentado a la vera de Vicente Betoret. Este último reiteró el mensaje
que viene lanzando desde agosto, que puede resumirse en que no valen
lamentaciones que no cambian la realidad y en que han de trabajar con denuedo
si quieren volver a gobernar en 2019. Retomando La Celestina, como decía
Calisto a su amada Melibea, “el que quiere comer ave, primero quita las
plumas”.
Columna de opinión publicada en el diario ABC
Pincha este enlace para leerla en ABC.es
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